Fracking en Colombia

 «Una joya en bruto que baila entre el desconocimiento, la productividad y el olvido».

Por: Álvaro Rivera Eraso   /   Master en Marketing y Psicología del Consumidor 

 

Colombia, un país sur americano que en la actualidad posee un problema energético sin resolver, con reservas de petróleo apenas para 3 o 4 años a lo mucho, el país en el momento se enfrenta a un dilema que definirá sin duda alguna el futuro de toda la nación. La solución a este dilema está sobre el papel y depende en gran medida de lo que el pueblo colombiano desee para sí mismo.

Geólogos, ingenieros de petróleos e incluso economistas consideran al país cómo una “joya en bruto” que esconde bajo su suelo una de las reservas minerales más valiosas, posiblemente una de las más valiosas de América Latina, con capacidad para abastecer de independencia energética al país por un periodo no inferior a 10 años. Los recursos no convencionales podrían establecer la respuesta a gran parte de los problemas energéticos y económicos del país. Pero, y, ¿Por qué no se les ha dado vía libre si se trata de una alternativa tan viable?. La respuesta a este dilema es más profundo de lo que el lector común puede ver a simple vista.

Para iniciar esta discusión he de comenzar diciendo que la técnica de estimulación que usan las empresas petroleras para los recursos no convencionales es llamada “FRACTURAMIENTO HIDRÁULICO” (mal llamado Fracking, ya que este término es tan solo un «slang»), así es, aquella que ha dado tanto de qué hablar durante ya varios años en todo el mundo, prohibida en diferentes regiones y satanizada en otras. Pero, ¿A qué se debe todo este dilema energético?.

Bueno, es importante restringirse al contexto de cada debate, pues no está bien juzgar a una región con un argumento de otra totalmente diferente en donde las condiciones ambientales, sísmicas, geológicas e incluso hídricas varían y marcan la pauta para el trabajo y la determinación de sus avales, de la misma forma es importante entender que el sistema económico mundial, no es el mismo en todas las regiones, y para ello pondré el ejemplo de Francia, en donde el fracking fue prohibido hace un tiempo, pero al detenernos a pensar en el potencial energético de un país cómo Francia, veremos sin lugar a dudas que la energía nuclear es un elemento que potencia el sistema económico y que por nada del mundo dará pie a que otro sistema cambie sus paradigmas de trabajo.

Adjunto a lo anterior es importante decir que Francia prohíbe esta práctica en las zonas donde existe poca prospectividad hidrocarburifera, pero zona como la Guayaana Francesa cuya prospectividad en términos de hidrocarburos es mucho más alta, si permiten este tipo de técnicas.

Y, por si fuera poco, empresas cómo «Total», de origen Francés si realizan prácticas de este tipo, aunque claro, rara vez las veremos aplicando esta técnica en su territorio.

Así por el estilo podremos encontrar el ejemplo de USA, en dónde supuestamente se encontraba gran cantidad de estudios en donde se evidenciaba que los recursos hídricos de la población estaban contaminados por gas, el cual hacía que las aguas ardieran en llamas con tan solo acercarles una cerilla, pero que después de varios estudios se encontró que la distancia entre los reservorios naturales de gas y el liquido potable se encontraban demasiado cerca, lo cual hacía que el gas contaminara de forma natural estos reservorios y para el día de hoy se ha desmentido en múltiples ocasiones las creencias populares respecto al tema.

Ahora bien, Colombia es un país aparte, una zona diferente del mundo, con características geológicas, muy diferentes a las de otras partes, en donde resulta imposible juzgar con estudios basados en EEUU, o en Francia para pretender que se apliquen los mismos principios que ya resultaron ser obsoletos incluso, en donde se realizaron.

Sin embargo y por si esto fuese poco, la nueva legislación medio ambiental colombiana recopila informacion exitosa de USA y Canadá, y además se basa en estudios realizados por la misma EPA (Agencia de Protección Ambiental) con relación a la contaminación del aire, en donde se han reduciendo las emisiones a más de un 70%, y otros estudios en los cuales la misma Agencia narra que si es posible realizar Fracking bajo condiciones favorables, sustentables y adecuadas.

En caso de que un lector incrédulo tenga dudas de mis palabras, con gusto puede buscar referencias bibliográficas en páginas cómo la de SPE (Sociedad de Ingenieros de Petróleos), Ecopetrol, ACP, Campetrol, entro otras muchas entidades con información disponible para el curioso.

Contamos con un gran esfuerzo por parte del Servicio Geológico Colombiano, quienes han generado uno de los mejores mapas geológicos de Latinoamerica, con planos en donde se describe la ubicación y profundidad exacta de casi todas las reservas hídricas del país, las cuales se verán inmersas en el proceso a llevar a cabo, también se han realizado millones de pozos exploratorios de recursos convencionales y cientos de pozos de extracción convencional sin un solo accidente y sin presentar ningún caso del cual debamos lamentarnos hasta el momento (esto, teniendo en cuenta que el proceso de extracción no convencional es básicamente el mismo que se usa en el proceso convencional, su única diferencia radica en que la técnica se realiza en pozos horizontales, cuidando de igual forma los reservorios de agua potable). Pero lamentablemente el argumento siempre es el mismo.

En todas las ocasiones en que discuto con alguien que se encuentra en contra del proceso de extracción de recursos no convencionales, escucho el argumento de los años 60’s en donde se temía que la sismicidad afectara la tierra, que los acuíferos fuesen contaminados por gas o por otras sustancias y/o que la población fuese desplazada por la contaminación, el ruido u otras cualidades inexistentes en este tipo de procesos.

Pero entonces, ¿qué le pasa a Colombia?, ¿Por qué tenemos un país en contra del proceso?. Para resolver esta duda es importante entender que tenemos un país permeado por lo que solemos llamar el “voz populis” (la voz del pueblo), una voz de un pueblo en donde según el diario “el tiempo” en el año 2013, 12 millones de niños no iban al colegio en Colombia, es decir que para este año el 11% de los niños del país no tenían ningún tipo de educación, a lo cual me surge un duda, ¿qué tipo de saber popular podría poseer un analfabeta respecto a nuevas tecnologías aplicadas a la industria petrolera?

Partiendo de esta perspectiva, ¿Qué tipo de argumento podría estructurar un niño, un adolescente o incluso un adulto Colombiano?, el cual tiene únicamente un estudio primario y que poco y nada conoce del término, que fácilmente podría ser engañado con un discurso amarillista que pretenda generar polémica.

Cómo segundo aspecto a resaltar es importante entender qué no todo lo que brilla es oro. Se preguntarán, ¿a qué se refiere?, bien, Colombia es un país influenciado por las corrientes de pensamiento extranjero, en donde el saber popular de moda es el ser “verde”. Un país en donde el proteger la naturaleza y cuidar el medio ambiente, es la ultima tendencia, este aspecto me parece fenomenal y me encuentro absolutamente a favor de este pensamiento, sin embrago, pocos compatriotas se han puesto a analizar la situación política actual, en donde muchas ONGs patrocinan partidos “verdes” y en donde debe existir un “monstruo” devastador del ambiente que colabore a que muchos de estos partidos sigan recibiendo el sustento adecuado para poder ganar el pan de cada día. Así pues queda justificado el discurso, en donde se habla de un monstruo destructor de naciones, que acaba con todo lo que toca y que lo único que desea es herir a sus víctimas.

Partiendo de esta perspectiva considero que no es adecuado juzgar de manera apresurada a empresas extrajeras que pretenden realizar su trabajo de buena fe y que se limitan a cumplir con la reglamentación y condiciones que dictamina el país, que posterior al pago de regalías, el gobierno misteriosamente embolata los dineros en una cantidad de trámites burocráticos que nada tienen que ver con el accionar de la empresa dentro del territorio nacional. La empresa por ley cumple con su parte, lo que sigue después es un misterio.

Retomado el tema del estudio encontramos el punto más importare. El sector Oil and Gas en Colombia es un sector cerrado, en donde no todos pueden entrar, y no se debe a que sea un monopolio, no, se debe a que no todos tienen el nivel de conocimiento y interés propio para entender algo tan complejo como lo es la ingeniería de petróleos, la geología, la hídrica y la sísmica. Sin embargo el país se encuentra en este momento en un punto clave, en el cual dependemos enteramente de la decisión que tome el pueblo y el error más grande la industria ha sido el no informarle al pueblo lo que se hace dentro de la misma. Es el momento oportuno para que el sector invierta en campañas de marketing, comunicación, psicología del consumidor, entre otras muchas áreas prestas a informar al público de las verdaderas prácticas que se desean llevar a cabo dentro del territorio, puesto que en caso de no ser así la crisis económicas que conlleva esta decisión se verá en una de las más grandes en toda la historia del país.

El sector Oil and Gas debe publicar su labor, ya que el país no estará en disposición de apoyar una práctica que desconoce y que ha sido satanizada por una contraparte permeada políticamente a la cual no le conviene en absoluto que el sector siga adelante con sus procesos de incorporación de nuevas tecnologías.

El discurso ambientalista es anticuado, parte de principios obsoletos, pero lastimosamente la población no logra percibir los beneficios de la industria y aún considera que los aumentos en el IVA se deben a un capricho de un presidente, más que a una fluctuación internacional de la economía.

Para finalizar mi escrito, es importante resaltar algunos aspectos, en primera instancia deseo decirle al lector, que no me encuentro en contra de partidos verdes, pues conozco un sin fin de autores y compatriotas que debaten su posición verde desde una perspectiva realista y justa, sin radicalismos y entendiendo que toda actividad humana merece un riesgo, pero que actuando adecuadamente se puede llevar a cabo.

Y, no siendo más quiero dejarle al Colombiano una duda, ¿qué es preferible, qué las empresas actualmente en lista entren al país?, hablo de empresas grandes, con regímenes medioambientales estrictos y con cualidades éticas adecuadas, o preferimos que después de 10 años de discusión dejemos entrar a empresas de segunda mano, con poco capital de acción y con muy poca ética en sus labores, las cuales vendrán a ratificar el hecho de que el Fracking es el peor cáncer que le pudo ocurrir al planeta, con todos los errores que de seguro cometerán. Entiendo perfectamente a las personas preocupadas por el país y los defiendo, pero entendamos además que la situación energética no se encentra para chistes, que el Fracking, si o si va a entrar ya que es una de las únicas soluciones, por lo cual es preferible que lo haga alguien responsable y ético a que tiempo después venga un grupo de niños experimentando a ver cómo les sale el chiste.

 

Referencias. http://www.eltiempo.com/archivo/documento/CMS-13290655

 

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