Gestión de Emociones, una solución a las conductas violentas.

Yudy Lorena Cantor

Magister en Educación con énfasis en Psicología Educativa

En la última época, hemos sido testigos de cómo se han venido incrementando alarmantemente hechos violentos que involucran como actores principales a niños, niñas, adolescentes y jóvenes que demuestran claramente una inestabilidad emocional en sus acciones. Este tema se ha convertido en una problemática nacional que necesita ser intervenida desde muchos frentes.

Yudy Cantor, Magister en Educación y una Experta en gestión de emociones para la primera infancia, es la creadora del entrenamiento socioemocional “No es lo que digo, sino cómo lo digo” estrategia que tiene como objetivo abordar diferentes elementos de la inteligencia emocional como herramientas fundamentales para la prevención de los actos violentos; haciendo partícipes a todos los miembros de la comunidad en los que están inmersos los niños.

Esta experta considera la urgente necesidad de enseñar habilidades de gestión emocional desde las primeras edades, que les permitan a los individuos gestionar asertivamente las situaciones desafiantes, conflictivas y/o negativas a los que estamos expuestos constantemente como seres humanos; esto realmente tendría un impacto positivo en el desarrollo del área socioemocional de las personas y contribuiría así mismo a evitar a futuro el desencadenamiento de actos violentos de un individuo.

Según esta experta, la gestión de las emociones en la población infantil se basa en tres pilares fundamentales que son: La conciencia de la emoción, La regulación de la emoción y la respuesta a la emoción.

Estos tres pilares constituyen una ruta que cada individuo debería transitar para poder actuar asertivamente ante los conflictos, y cada uno de ellos implica habilidades como autoconocimiento, autocontrol, empatía, compromiso, comunicación asertiva, y la construcción efectiva de valores. Si bien estos elementos parecieran ser demasiado estructurados para aplicarlos con la población infantil, es importante aclarar que son adaptables a las características del desarrollo cognitivo y social de cada individuo.

Para lograr esto, esta experta en el campo de la resolución de conflictos sugiere que se necesita en primer lugar, que un niño sea consciente de la emoción que está sintiendo y por esto, hay que presentarle de manera real las diferentes emociones que existen, para que comprenda que se puede estar triste, enojado, frustrado, alegre, sorprendido, desilusionado, asustado o motivado; y explicar las reacciones asertivas frente a cada una.

Partiendo de esto, el adulto debe participar y estar atento para intervenir en la regulación de las emociones, direccionando al niño o niña a expresarse ante cada situación sin caer en comportamientos violentos o poco asertivos.

Por último, sugiere que es necesario que estos entrenamientos socioemocionales se extiendan a las familias, las entidades educativas y de cuidado infantil en general para que haya un acompañamiento efectivo de la comunidad que rodea a los niños.

De esta manera todos cooperamos a que los niños y niñas puedan expresar sus ideas, sus inconformidades o sus miedos, gestionando de una manera efectiva las realidades sociales que pueden enfrentar como el bullying, el abandono, el fracaso, el abuso físico, sexual o emocional; y así mismo mitigando las posibles consecuencias devastadoras que vemos en la actualidad de individuos poco estables emocionalmente que actúan de manera violenta generando actos que lamentar.

Imagen de portada – Gerd Altmann en Pixabay

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