Los Milagros de la Ética
Por: Armando Chavarro / Escritor-Humanista – Conferencista y Coach Familiar, Social y Empresarial
Hablar de milagros en términos religiosos es referirnos a aquellas cosas que suceden inesperadamente o como consecuencia de los diarios ruegos a Dios, el Ser Supremo, El Universo o como quiera que pueda verse la Presencia Divina o Celestial y que nos alivia alguna angustia, necesidad, dolor o sufrimiento o que, simplemente cambian para bien algunos aspectos en el curso de nuestras vidas.
Muchos de esos milagros tienen que ver con la vida, la salud, la economía, las relaciones familiares e interpersonales, etc., pero lo que no se logra muchas veces discernir, comprender o aceptar es que detrás de ello hay más que ruegos o sucesos inesperados.
La actitud hacia la vida, combinada con los elementos del buen vivir o el buen proceder hacia sí mismo y hacia los demás, la certeza de sus pensamientos y la claridad de propósitos, enmarcados en conceptos de fe, certeza, positivismo y seguridad de poder, además de las acciones diarias en procura de que las cosas sucedan, son las que nos permiten ver frente a nuestros ojos milagrosos acontecimientos.
Usted puede tener la plena y absoluta certeza que si toma el Factor E, La ética, lo observa y digiere paso a paso, una y otra vez, desde todos sus ángulos y con todos sus componentes, y luego sencillamente lo aplica en su vida tanto en sus acciones individuales como en sus relaciones humanas, familiares, sociales, profesionales y productivas; podrá experimentar sin equívoco ni duda alguna, hechos sencillamente extraordinarios, literalmente inexplicables, hechos que ante los ojos suyos o de terceros, serían increíbles y que según el entender común humano, de no haber sido un milagro, no hubieran podido suceder.
Pues bien, la realidad es que no hay efecto sin causa ni reacción sin una acción previa; nada que suceda en la vida del hombre ni que haya sucedido a través de la historia, está desligado de un hecho precedente; todo resultado, producto o fenómeno, tiene una o más causas que lo han originado, precipitado y que ha o han hecho posible que su conversión y materialización ocurra.
Cuando logramos hacer del Factor E, el elemento rector de nuestra vida, si lográramos que cada persona en cada calle de cada barrio, ciudad, nación del planeta, entrara en el juego ganador de la ética aplicada para el mejoramiento de la vida, en 25 años y solo en 25 años, tendríamos una humanidad diametralmente opuesta a la que tenemos hoy en día.
Tendríamos comunidades sanas y prosperas, viviendo en el bienestar y la abundancia, creciendo en cada momento hacia mayores niveles de supervivencia y construyendo en el presente, futuros exitosos y brillantes para cada hombre, familia o sociedad.