¿Los genios nacen? ¿Existe el talento nato?
¿Los genios se hacen?
Habría un sinnúmero de respuestas sobre estos dos interrogantes, pero voy a tratar de ser breve y responderlos con sencillez.
Si hablamos de los genios que se dedicaron a la ciencia u otras actividades intelectuales, una característica común en sus biografías es que muy tempranamente eran capaces de hacer cosas extraordinarias de manera bastante precoz. Si bien no todas las personas consideradas geniales hacían ya cosas extraordinarias desde niños, sí es algo que ocurre de manera frecuente.
Lo anterior no significa que las capacidades hayan estado siempre ahí. Probablemente significa que muchos genios nacen con características potencialmente especiales e incluso inexplicables y claro, una vez maduran, si existe el entorno favorable, se hacen específicamente geniales y van desplegando otras habilidades ocultas por haber percibido y desarrollado o, adquirido previamente otras genialidades. Así que la respuesta breve es, probablemente los genios nacen, pero también se van haciendo en la medida en que van perfeccionando en la práctica sus habilidades creativas.
La segunda cuestión es más espinosa ¿Qué es el talento?
Por la vía de la observación, informalmente nos referimos a que alguien es capaz de hacer algo extraordinario, fuera del alcance de la mayor parte de las personas y que además, esa capacidad de hacer algo visto como extraordinario, no parecía ser el fruto de una larga serie de esfuerzos, entrenamiento o formación, sino que surgieron muy rápidamente, de manera casi espontánea y sin mucha intervención externa. Eso es lo que informalmente se suele aludir como «talento». Eso sí, formalizar con más precisión qué es y qué no es talento y especificar sus características es algo complicado (tal vez porque en diferentes áreas supone esfuerzos o aptitudes diferentes, o bien porque la palabra talento se use para muchas cosas diferentes y sea complicado definir algo en cuyo caso sería por definición ambiguo.
Talento para los negocios. Más que talentos, podríamos decir que cada uno de nosotros tenemos habilidades y capacidades diferentes, pero la diferencia entre el éxito y el fracaso está en que unos han logrado percibir esos dones y los aplican eficientemente en sus diversas actividades productivas y otros, aunque en su interior se sienten inclinados o capaces de hacer algo, no se atreven, sienten temores, miedo a fracasar y esos miedos los amarran, inhiben o retienen y no los dejan avanzar. Así que, si deseas descubrir que tan genial o talentoso eres, sencillamente mira hacia tu interior y pregúntate, ¿Qué sabes hacer? ¿Qué puedes hacer mejor que la mayoría? ¡Ese algo valioso que sabes o puedes hacer bien y hazlo! Conviértelo en tu negocio, ofrécelo a los demás y vas a recibir una compensación económica por ello. Lo peor que puede sucederte es que te digan NO y lo mejor es que puedes triunfar y ser exitoso. ¡Adelante